domingo, 8 de septiembre de 2013

No confundir!



"Los episodios de manía tienden por lo general a ser subdiagnosticados o mal diagnosticados en la infancia y adolescencia temprana. Un factor que puede llevar a este fenómeno es su presentación clínica a menudo confusa, y esta confusión se daría principalmente por la falta de criterios diagnósticos válidos para niños y adolescentes, los que difieren sustancialmente de los descritos para adultos. Por ejemplo, los síntomas de manía en un adolescente pueden parecer más típicos de esquizofrenia que de una enfermedad afectiva, e incluso puede en el otro extremo del espectro, aparecer como un fenómeno normal del desarrollo en un adolescente involucrado en un proceso de "tormenta y estrés", tal como lo describiera Stanley Hall para referirse a esta especialmente dificultosa etapa de nuestro ciclo vital"




Revista chilena de neuro-psiquiatría
Manía en niños y adolescentes
Mario Zúñiga y Ximena Farías.




Las manías se agravan cuando se convierten en “Trastornos obsesivo – compulsivos”, esto es, que los comportamientos repetitivos que tenía ocupan tanto tiempo de su vida que le impiden tener una jornada o funcionamiento diario normal.


A consecuencia de esto, y por la imposibilidad de seguir una vida normal, el niño llora, grita, tiene una ansiedad desmedida, puede autolesionarse e incluso seguir una conducta agresiva hacia él mismo y hacia los demás.


En edad infantil predomina el comportamiento compulsivo frente a los pensamientos obsesivos desmesurados.


Una detección a tiempo hace que el niño recupere gran parte de su calidad de vida. La implicación de los padres en el tratamiento supone un avance visible en la evolución de la enfermedad.


La terapia psicológica combinada con la ingesta de fármacos recuperará en gran medida la situación del pequeño. Se suele recurrir a:


1. Técnicas cognitivas: ayudan al niño a identificar sus miedos y aprende fórmulas que tendrá siempre al alcance para resolver sus problemas.


2. Técnicas conductuales: ayudan tanto al niño como a sus familias a poner pautas para limitar, eliminar o cambiar ciertos comportamientos.


3. Los medicamentos aconsejados serán inhibidores selectivos de la reabsorción de la serotonina que sirven para paliar los pensamientos obsesivos y por lo tanto mejorar las conductas compulsivas; y siempre deben ser indicados y tomados bajo supervisión del pediatra.


Los padres juegan un papel de apoyo vital en cualquier proceso de tratamiento apoyando al niño en todas las etapas del trastorno y de su tratamiento.

viernes, 6 de septiembre de 2013

¿Comprendemos las manías?

Como primera entrada, se darán a conocer aspectos básicos de las manías en los niños, resaltando y destacando información extraída de diferentes fuentes para obtener una información clara y precisa.

Por manía se conoce "un estado de hiper-excitación de las funciones psíquicas caracterizado por la exaltación del humor y el desencadenamiento de las pulsiones instintivoafectivas" (Henri Ey). Es así como la liberación desordenada y excesiva se manifiesta por igual en los dominios psíquicos, psicomotor y neurovegetativo, lo que provocaría la fenomenología propia de esta patología.

Lo primero es entender el por qué de sus manías. A menudo, los adultos olvidamos que el niño debe enfrentarse a numerosas situaciones nuevas que le son impuestas y esto le crea inseguridad. El hecho de que las cosas pertenezcan estables en su entorno consigue hacerle pensar que tiene control sobre lo que le pasa. Las conductas rituales tienen un significado especial para quien las realiza. Suelen ser irracionales pero son útiles porque alivian la tensión y transmiten tranquilidad.

Las manías infantiles son transitorias. En ocasiones, estos pequeños rituales se multiplican, en otras desaparecen por completo. Hay que afrontarlas con comprensión y paciencia. Si la manía del niño es “llevadera” lo mejor es aceptarla y dejar que se le pase con el tiempo. Eso sí, no fomentes la manía recordándosela cuando se le olvide.

Pero si la manía del niño se convierte en un problema porque es peligrosa o trastoca la vida familiar, lo más adecuado es acabar con la conducta. El niño protestará pero con firmeza, mano izquierda y dulzura, irá entrando en razón.

¿Cómo quitar las manías a los niños?

La mayoría de estas conductas desaparecen con la edad, pero hay excepciones. Suelen persistir cuando son producto de situaciones de gran ansiedad y cuando son reforzadas por los padres, bien porque en un principio les hizo gracia o porque con su preocupación le prestan al niño mayor atención.

No existen fórmulas matemáticas para quitarlas, aunque sí ciertas actitudes que ayudan a minimizarlas y a fomentar hábitos positivos, como, por ejemplo, ignorar la conducta del niño y desviar su atención hacia algo más útil que le mantenga las manos y la mente ocupadas.

En cualquier caso, hay que evitar regañar o castigar al niño. Criticarle o dejarle en ridículo puede hacer que el comportamiento empeore. Y no estaría de más recompensar al niño cuando demuestre autocontrol. No obstante, igual que los hábitos tardan tiempo en instalarse, también tardarán algún tiempo en sustituirse por comportamientos alternativos.

lunes, 2 de septiembre de 2013

¡Bienvenidos!




Amigos/as,

Bienvenidos a nuestro blog, donde encontrarás información precisa sobre las "Manías en niños y adolescentes" ésta es de interés para padres, docentes y profesionales que estén abordando el tema de manera personal, académica o laboral.
Las manías en los niños y/o adolescentes se desarrollan para descargar la ansiedad que éstos sientan y que les produce el no saber cómo expresar en algunas ocasiones sus emociones, es por esto que es necesario abordar el tema de manera que podamos entender con profundidad la importancia que tiene éste en los niños y adolescentes.
 
Pequeñas manías infantiles